En el Prólogo a sus Ocho comedias y ocho entremeses nunca representados, Cervantes reconoce la admiración juvenil por Lope de Rueda, “varón insigne en la representación y en el entendimiento”, de quien elogia el verso y la “propiedad” de las “figuras”. Aun considerando a Lope de Rueda y sus coetáneos como antecedentes del gran salto y enorme desarrollo que ocurrió en el llamado Siglo (o Siglos) de Oro español, este curso tomará como punto de partida la fecha de la presunta escritura de la tragedia Numancia (1585), de Cervantes, y llegará hasta la muerte de Calderón (1681), quien cierra apoteósicamente un período de conquistas técnicas y formales y de variaciones temáticas e ideológicas, en cuyo centro aún brilla Lope de Vega.